La rapidez de montaje de las fachadas ventiladas es uno de los factores clave que diferencia esta técnica de la construcción convencional. El tiempo necesario para ejecutar estas fachadas es significativamente menor, lo que permite finalizar las obras más rápidamente y reducir el tiempo total de construcción.
Este proceso no sólo acelera la ejecución, sino que también es más limpio y menos disruptivo en comparación con los métodos tradicionales. La instalación de fachadas ventiladas supone un menor impacto en el entorno de trabajo, ya que minimiza la generación de residuos y la necesidad de mantenimiento constante en obra. Esto contribuye a un sitio de construcción más organizado y eficiente.
Además, la instalación de fachadas ventiladas depende menos de las condiciones climáticas adversas. A diferencia de los métodos convencionales que requieren el curado del mortero y el secado de la base, el sistema de fachada ventilada no está sujeto a estas restricciones. Esto significa que la construcción puede continuar sin interrupciones causadas por el clima, lo que permite un cronograma de construcción más ágil y predecible.
La combinación de una ejecución más rápida, un menor impacto ambiental y una mayor resistencia a las condiciones climáticas hacen de las fachadas ventiladas una solución altamente eficiente y práctica para los proyectos de construcción modernos.
